En Pie de Guerra

Only after the last tree
has been cut down,
only after the last river
has been poisoned,
only after the last fish
has been caught,
only then,
will you find that
money cannot be eaten

*Cree Indian Prophecy


De rodillas hincado

Tú pide,
sí…
se te acabará dando.
Tú busca,
insiste…
tal vez encuentres:
conócete a ti mismo hasta tus más rojas entrañas.
Pero hazlo como un impecable guerrero
en perfecto estado de guerra total.
Igualito que un sabio y ancestral ciprés
te hincas profundamente en el suelo a dos rodillas.
No te seques,
sé paciente…
nubarrones bien cargados de oro macizo
amenazan tormenta.
Pero aguanta,
tranquilo,
no saborees todavía la miel del horizonte
que se anuncia bien sabrosa.
Primero clava tus ojos al piso
hasta escrutar con fiereza las sagradas semillas
del núcleo mismo de la Tierra,
así,
a rostro encendido y corazón desbocado:
de un maravilloso momento a otro
el oro del cielo se arrancará a llover
mojándote hasta en el último gesto
de tu postura de noble mendigo
que pide y que busca.
Y tu espera ha llegado a su fin,
el castigado suelo de loto se abre de par en par
cuando el sin techo no se derrumba
ante el más austero perfume de la vida…
y se enciende la noche
como la fresca cara de una niña pequeña:
tu anhelo y tu hambre han sido saciados:
acaba pues tan solemne espectáculo
y tú recoges tu sombra
y te echas de nuevo a andar.


No me llaméis poeta

No,
no me llaméis poeta…
mejor me recordáis como vagabundo o mendigo:
ese será mi más exacto retrato.
No es de mi pluma,
es de mi austero carcaj de sin techo y sin rumbo
de donde llueven certeros todos esos chorros de flechas
que hacen sus blancos en las más rojas dianas.
No,
no me llaméis poeta porque no es cierto…
mejor nombradme alimaña o bichejo,
pues mi hábitat natural son madrigueras y cuevas…
sólo que cada vez que salgo afuera,
¡ay!,
cada vez que salgo afuera necesito soltar
todo este bramido para no enterrarme en redondo
por lo menos mil siglos.
Llamadme esparto, loco, caído o espejo…
pero poeta no:
llamad poeta al poeta,
al rapsoda,
al egocéntrico,
al lírico…
pero no a mí,
a mí simplemente ofrecedme un plato
de comida caliente:
ese será vuestro más logrado piropo.
No,
no me llaméis poeta…
escribid la poesía vosotros:
ofrecedle su pan al hambriento,
dadle al cansado un baño caliente y sábanas limpias,
dejadme que yo os llame poetas:
ese sí que será el poema-tesoro
más tremendo que poeta alguno jamás haya escrito.


El Chamán Desertor

Sé que vuestros corazones brillan de verde puro
cuando me acusáis de ser un chamán,
y sin embargo…
sabed que llevo miles de años comiendo cieno a puñaos.
Me señaláis con el dedo con crudo propósito
y me buscáis como al fértil limo
en donde vuestra alegría podrá florecer,
pero sabed…
yo también puedo ser ese ejército de pulgas rabiosas
que machaca con inocencia la piel.
Cuando escucho que soy el duro tronco que firme
se mantuvo en pie entre hachazos de rayos…
yo me contemplo por dentro y me llega olor a tiniebla.
No,
no me llaméis compasivo o piadoso…
pronunciad mi triste figura como si fuese barro.
¡Claro que os puedo regalar una flor por todos
y cada uno de los amaneceres que oséis respirar,
acercar hasta vosotros un aguacero
de inmaculadas luciérnagas!,
y sin embargo…
en mis plantas se enroscan lascivas culebras
asfixiando con saña cada verde tallo de otoño.
De mí reclamáis las palabras…
y vuestro deseo respeto,
pero yo ya sólo puedo graznar a roja voz,
vomitar en las hojas mis crudas penas de plata.
En las altas ramas de la tarde no me hallaréis,
buscadme debajo...
entre hambrientos mendigos sin afeitar
jugando en cada minuto a estrangularse con dulzura.
Me pedís ser los labios obscenos
que nunca se habrán de besar,
hacedlo…
pues en vuestro derecho estáis
y yo lo aceptaré con alegre tristeza;
pero os anticipo que mi agua de toro os puede abraxar,
así,
cuando chorree toda esa incontenible cascada
de besos callados.
Me rogáis el tacto que como puño os cure la piel,
la caricia que os colme la sed;
si queréis mi mano para encontraros…
¡tomadla!,
a mí todavía me queda la otra:
con ella me voy a inventar a viva flor…
¡¡Ay…pero y a mí,
quién me hará regresar al útero de la Tierra
con hermoso estruendo de árbol caído,
quién me amamantará con leche tibia de madre!!
Decidme…
¿alguien conoce el pecho en donde se ocultan
los pezones azules de las calientes auroras…
y mi fresca Primavera,
llegará algún día como un oportuno mazazo de besos
o mi espera sólo será de cansadas hojas caducas?