Quisiera nunca más comer

Quisiera nunca más comer. Si acaso
hojas, si acaso viento y piedras. Quiero
dejarme de los extras, el abrazo,
las cosas de los hombres. Ser acero
en la sangre, ser fuego con los ojos
siempre abiertos; con todos los cerrojos
quebrados bajo pies de empeines altos.
Quiero tatuarme las axilas, ser
un árbol con la sangre blanca y ver
que mis ramas son gracia y dar de saltos.

*

Permíteme, querida, que no quiera
ser humano; pues para ser honesto
contigo, ser humano es larga espera,
falta de amor y grima. Si me acuesto
contigo por la noche, siempre espero
amanecer tornados—con entero
resplandor—armadillos, patos, antes;
antiguos, de armazón, rinocerontes.
Por favor, no te alarmes, sólo ponte
en mis zapatos, piensa: “fue un gigante.”

*

La fe mueve montañas, no las trepa.
No existe amor sin sufrimientos vivos.
El mundo es propiedad de los atletas,
los esforzados, los constantes niños
que insisten todo el tiempo, buscan y hallan.
Quienes perduran ya jamás descansan.
Y un simple resbalón te quita todo.
El reto es despertarse sin descanso;
mirarse siempre; convertirse en gato:
ágil, flexible, múltiple y tramposo.

* Nació en la Ciudad de México en 1974. Ha sido profesor de literatura europea en la Universidad Iberoamericana de la misma ciudad. Es también guionista de cine y TV. Su poemario "Si resistimos" ganó un accésit del Premio Adonáis 2008.