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La Supremacía de la distancia o Cómo afirmar la propia idea de muerte para ejecutar al mundo

Ella caminaba a través de la lluvia con pasos forzados, como si ese compromiso con el viento fuera el único capaz de anular sus huellas. Tocó a tientas su bolso, consideró cambiar su mano y sostener con la presente su nuca, que la obligaba a contener lo que parecía ser su miedo. Desesperó con el mismo ímpetu, hasta que entró en aquel pasaje.

A través de las luces bajas, aquellas primeras miradas la encontraron soberbia. Buscó una vez más entre su bolso. La letra era impasible. Recordó sus antiguos accesos infantiles, donde sus propios ojos revelaban el mundo, como nunca sería revelado por nadie; quizás lo había acostumbrado a esto. Una gota empapó su ropa. Su vestido ahora poseía una mancha roja, que no tardaría en evolucionar.

Entonces vio el balcón. Su boca gemía la belleza de una niña repleta y asustada, el labio superior sobresalido, desenlace imposible de una infancia que no admite disolución, gesto temible para el mundo, tan poco acostumbrado a los privilegios. Su memoria también callaba en la magnitud de aquel silencio. Sostenía aquél papel, ahogándolo con el puño, como si respirara. Continuaba agitándose, junto a las gotas, que ahora tramaban su camino por las piernas; ella misma era el espasmo.

-Si te digo no importa tu retorno, ¿sabés quién soy? -. Comenzó a pujar, a sobrevivir la penumbra- Te quiero ciega.

Empujó, y notó que la puerta estaba abierta. Pudo verlo, a lo lejos, en la habitación contigua. Se miraron sin sospechas, con la misma penitencia con la que se vuelve al hogar. Ella se subió un poco el vestido.
Notó como aquella mirada se hacía posible.

-El verdadero suplicio es seguir el rastro de la sangre –dijo. Ahora sus ojos santificaban el fluido por las piernas. El charco penetró en su alma, y se hizo uno con el suelo; este, a su vez, se hizo uno con la tierra.

Un gesto leve de la cabeza, ya cotidiana, ya desplomada por la no-ausencia, la hizo comprender. Y ella comenzó a hacer pis como cuando niña, al comienzo con esfuerzo, pero luego con necesidad. Ahora no podía verlo. Su figura había fracasado. Si te digo no importa tu retorno, ¿creés lo contrario? Ella asintió
con una convulsión. Sus manos comenzaron a recorrer la contracción de sus caderas con todo el desprecio que puede sentirse cuando alguien se torna real.

Existe siempre le necesidad de que desaparezcas. No es una provocación, sino un instinto de vida.

Cuando despertó, en lo primero que creyó fue en el frío. Quiso hablar y no pudo. Quiso moverse, pero se sabía sola. Intentó abrir los ojos, pero éstos agonizaban, sellados. Despegó sus pupilas con insistencia y, a través de los rayos -que reflejaban quizás también el día-, observó su cuerpo de costado.

Pudo comprobar como los huesos habían perforado su piel, permitiendo que la herida sea visible. Perpetuó su muerte en ese gesto. Como si el mundo fuera de otros. Como si todos los que viven estuvieran vivos, realmente.


* Poeta argentina nacida en Buenos Aires en 1979.Parte de su obra literaria se publicó en la antología "Cadáver en mano (Visceralia Ediciones, Santiago de Chile, 2006). Su texto “V” ha sido seleccionado para participar en la obra “Verso a verso” (Editorial Dunken, Buenos Aires, 2008).Colabora en diversas publicaciones literarias, como “Los Digitales” de “Puertas Abiertas”.

LIX

en una tierra donde
los muros se alimentan

de golpes
manos descarnadas

el símbolo es la desgracia
que circunda que persigue

sospecho
que bajo la arrogancia

existe
la metástasis de Dios

un dolor insoportable
pareciera caminar

sobre lo llano

podría ser la trampa
que resulta

cuando la lengua dormita

los latidos existentes
bajo el torso petrificado

de la angustia

el puño del tirano
defraudó mi mejilla

dejó gélida mi boca

tanto frío para soportar
incluso

las miradas

habría que sellar
con tierra

las ventanas los postigos

proteger las costras
que cargamos como bestias

contra la carcajada pública
del corazón

no hay quien
se libre del látigo

quien olvide
los contornos

tal vez finalmente
me estoy acercando

es posible contraer
los precipicios

provocar la forma
que delate

que repugne

ya no brotan visitas
no tiemblan las puertas

advierto el canto
de los que simulan

mi muerte

la humanidad postrada
cuyo manto

desconoce la silueta

incluso el gemido
adorna los espejos

la letra torcida para acaecer
del otro lado

sucede así

si es que huyen
o revelan la sustancia

que torna piedra
a los cuerpos

existe una voz
que suplica

una voz que se alza
impúdica en el Manicomio

donde no tiene escoltas
la apariencia

ni hay riesgo de división
ni simpatías

que se diga lo siniestro
y lo impalpable

es posible reunir
todos los gritos

y aún así
que nadie escuche

añoro nada

el fondo de un ademán
quizás humano

nada

recto es el lugar
del disimulo

escucho el llanto
de todo aquello

que no debiera
haber nacido

Dios aún respira


* Poeta argentina nacida en 1979. Parte de su obra literaria se publicó en la antología "Cadáver en mano” (Visceralia Ediciones, Santiago de Chile). Colabora en diversas publicaciones literarias. Su poemario “Sobrevivir es una Curvatura” fue publicado en la revista “Casa Litterae". Realizó la selección y notas de la muestra de poesía argentina organizada por la revista mexicana “Círculo de Poesía”. Sus poemas han sido traducidos al catalán, al italiano y al inglés.

Dios se corre en mi boca

I
lo que nos recuerda las manos son las cuerdas
entonces manifiesto por los ojos la angustia y la crueldad
del plástico forzado por mi cadáver
es mantenerse incluso cuando los brazos forman huecos
no el estómago cansado
sino la insolencia de rasgar su privilegio
la cercanía limita el encaje que es la carne
mediante el grito que nos triunfa en delirio acabado
yo me postergo y me rebelo
contra la blanca solicitud de la pared reinante
y cargo heridas
aullar o permitirse el encierro
creo pero tener
el desnudo babosa el rastro plateado
y mi jurar no consentirse en espejos indecibles
es la lo
que das
mi búsqueda es un cuchillo o una piedra y otra flecha
machacadas contra la fuerza recta
pero quiero pertenecer
la cocina tiene patas son las arañas restantes
de la comida podrida
de mamá
es el designio de la abuela antes de
muerta
es mi propio ser habitando por la risa abierta
la gota seca de la rabia marcando muecas
mi baba retorcida en precipicios
a pleno diente roto su garganta es mi depósito

IV
pueden levantar los ojos porque es mi nombre
tentado bajo el grito de los perros
cuando el desnivel es tanto
que la noche es poca
y todo enfermo se asemeja compartido
a la sonrisa que me involucra
ni siquiera un dueño tembloroso
quemarme el estómago
en sorbos yo tarea de sangre
así me enrosco
..................................................bestia
colgando por las venas cuerpo y parte
de algún balcón amable
abrirme las manos por quiebre y traslado
del impulso que nos confía a los cuchillos
masticar la angustia como forzar los vidrios
hasta que la uña arrastre columna y carne

V
la entrada es por el ombligo de toda muerte
donde el llanto mastica
la escara sacra por donde se asoman los huesos
a través de la carne
yo me perjudico el ojo
cuando la bestia resplandece el cierre
yo abro los labios
y demuestro hambre
es la lujuria de Dios con su hábito de sombra
arrastrando mi nacimiento contra las ventanas

X
Tragar
noche
hasta
morir
en
altas
ventanas
de
luz
abro mis piernas
en plena búsqueda lunar
y encuentro conejos

XI
iluminar los ojos con la hermosa sinceridad
de las manos en mis fósforos
cortar la carne es
permitir el hueso
golpe
y el brillo fino de las tijeras
silencio golpe
golpe
toda mano en la garganta entorpece la tarea de los dientes

mi fantasía liderada por fantasmas
me atrevería a las pupilas

angustiando inversos los ojos
empujando diamantes sobre la tensión del perro

XIII
habitarme por el suelo en guiño y en carne
aturdirme en huesos tibios
hasta que la máscara reconozca nuestra noche
o la pronuncie con los dedos

bajo la carne la expresión es fascinante
infecto la sonrisa con la mugre bajo mis uñas


XV
Yo estoy muerta. Pero obligo a mis fantasmas

XVII
formó su sexo como tibia
pero muerta

en la vulva el lobo
trepando mugre

Jesús prostituta alta
urge asilo

quiero

pero con sal
y bajo los surcos


* Poeta argentina, parte de su obra literaria se publicó en la antología Cadáver en mano (Visceralia Ediciones, Santiago de Chile). Su texto V ha sido seleccionado para participar en la obra Verso a verso (Editorial Dunken, Buenos Aires, 2008). Colabora en diversas publicaciones literarias y sus poemas han sido traducidos al italiano y al inglés.