8 poemas

1

El tiempo , perro estúpido,
da vueltas entre su propia sombra,
mordiéndose
la nuca.
Aquí
sobre esta mesa
que hace cuarenta años era pájaro,
hoy pulso
una cuchara de sopa,
la que usaba mi madre,
y vuelvo a oir  su voz, su paso de gaviota
picoteando en las rocas,
su  risa de lentejas,
señalándome que si ella sigue allí
no es un recuerdo
-los recuerdos no existen-
sino, apenas, otra vuelta de perro
sobre su propia sombra.


2


“¿Qué fue de la vida de Beth Burton”
decía el poema que escribí una mañana
en un viaje de tren
mientras cruzaba
por fugaces provincias de veinte años,
con los ojos perdidos en las quemas
y en ciudades a medio dibujar
contra el fondo del cielo.
De vuelta a casa
vino conmigo el cuaderno de versos
de la ausencia
y Beth, mi compañera de banco de la escuela,
se quedó en una hoja a esperar que tañeran
campanas de recreo.
Cierto día pasó el viento por casa y se llevó el cuaderno
para encender antorchas
en la fiesta de bodas de la muerte.
Beth Burton, su memoria de papel, su padre
Biblia en mano, su casa a la que nunca entré, se fueron
por el humo, pájaros de otro viaje del que aún
no regresan.



3

El silencio
aprende a colocar cada  carta
en su nunca
cada pena
en su adiós
 o su ginebra.
A dar las culpas justas como naipes
a perder preguntas
en medio de un teléfono.
                Sabio el silencio,
          que no vacila en pactar rendiciones
              cuando aún no hay señales
                de la guerra.


4
  

de tarde entre dos luces entraron
a la casa
revisaron
cada disco/ poema/ libro
propio o ajeno cada
cajón del escritorio
olfatearon
camisas/ pañuelos/ fotografías
de infancia o casamiento
dieron vuelta el aire
los bolsillos del traje
y la bolsa del pan

les faltó entrar al patio de los sueños

no tenían tiempo de esperar
hasta la madrugada.



 5

Sobre esta hoja desierta como un cementerio a medianoche

de qué luna escribir en cuál de todos
los techos del desvelo.
Cómo saber si fue verdad el aire,
si el jazmín nada más que un simulacro,
si la palabra fuego ardió cuando hizo falta.
Dónde anotar los pájaros del horizonte roto,
la voz de una mujer
                             fugada
                                        del espejo.
Tengo miedo de leer despedidas detrás de cada lluvia,
de creer una tregua entre banderas,
mientras la soledad –gusano endemoniado-
nos perfora los ojos.
O acaso es necesario pertrecharse contra
el roído muro de la infancia,
contra el primer silencio,
esa frontera incierta con papeles de prófugo.
Si es así, aquí me tienen, desarmado,
desnudo peregrino de la duda,
pidiéndole al primero que camine esta calle
que me responda
qué hago en el borde de la nostalgia en blanco.

  

6

Hay quien va en autobus a las seis
de un otoño.
Un libro suspendido en otro aire,
los ojos húmedos,
caídos
sobre esa línea que habla del amor vulnerable.

Sin misericordia.

Hay quien viaja sin misericordia
por su propia ciudad.
Lo persiguen sus lluvias,
sus preguntas
mordiéndole la espalda.
Tropieza y cae,
se levanta y cae,
reanuda cartas nunca comenzadas.

Olvidos.


Suelta olvidos
que intentan borrar parques, casas de la niñez
atestadas de ángeles.

A las seis de un otoño.
                               

 7

 Por caminos de polvo pasa el verano,
su  carruaje de siesta,
las maletas
de la mujer que vuelve
o que no se fue nunca.
Tiemblan pájaros al borde de la tarde.
Ellos saben lo que es quedar sin alas,
sin canción,
sin casa,
como ahora va la eterna peregrina, obstinada
en saber detrás de qué palabra
empieza el cielo.


El hombre que cierra el ojo izquierdo

 y apoya

el  derecho
contra su pasado
es incapaz de confirmar si es suyo
ese rostro infantil
al fondo de la foto.
Intuye fechas y circunstancias:
por el abrigo, invierno,
ese telón al fondo, el cine de su pueblo.
Si acepta lo que cuentan los mayores
le pertenecería
cada porción de aquella escena en sepia.
Pero él sabe que la duda
es la única certeza disponible,
y aparta la pupila.
Despavorido.
Urgente.
Sin regreso.



* Nació en 1952. Poeta, periodista, historiador. Escribe para las publicaciones Diario La República, Semanario “Vamos” y revistas “La Voz de la Arena” y “Estampas Colonienses”. En la emisora de radio Claridad FM de su ciudad conduce diariamente el programa informativo “De Ida y Vuelta”. Integra el grupo cultural “U”, que editó (en papel) la Revista “U”, ahora transformada en blog (“Prohibido Doblar en U”. Ha publicado los poemarios “Instrucciones en caso de Alegría” y “Perro de Balcón” y participó de dos publicaciones colectivas (poesía y cuento) del grupo “15 de Febrero de 1811”.