Un mendigo nuevo en la ciudad

Hombre al contenedor


Dejó  su cuerpo abandonado
en un contenedor de obra
los mendigos le sacaron la cartera
y una anciana palpó su bragueta
unos niños le retorcieron los brazos
le  tiraron colillas y se orinaron
y las urracas degustaron sus ojos
después sintió el peso de un sofá
aprisionándole las piernas
y un vidrio quebrado por el golpe
atravesándole la espalda
la sangre empapó bolsas de basura
escuchó a los operarios del camión
izándolo a un volquete
los gritos de las poleas
el desgarro de la trituradora
el crujir de los huesos
y el hedor
atrás


Sangre en el adoquín 


Había caído desde una altura
aproximada a la de mi vida
y reventé por dentro
goteaba sangre sobre el adoquín
fluía espesa hacia la alcantarilla
varado como una ballena que iba a morir
en la noche no había pasos
sólo mis sollozos huecos
de niño asustado
contemplaba las hojas del olmo
iluminadas por el farol
cola de pavo real
caricia de hojas clavadas
el torniquete a la altura de la razón
anunciaba al silencio
un mendigo nuevo
en la ciudad






Grito


Dónde estás grito
preciso tu rasguño
ábreme el pecho
golpéame de una vez
sal de tu escondite
libérame del silencio
apuñálame si es preciso
la espalda te ofrezco
tersa y erguida
no puedes fallar
 



Herencia  



Un paréntesis es nuestro legado
la vida se resume en dos números y un guión
a lo sumo una frase breve
en una lápida con flor

  



Asfixia


Hay una palabra que no conoce el aire
está luchando con las vísceras por salir
a veces pienso que la voy a vomitar
pero se queda en arcada
tiene espinas, me acaricia
enredadera por mi tráquea
me ha condenado al silencio de la amnesia
escribo como un autómata sin sentimientos
me muerde los ojos y los esconde
hay puñales en el paladar
pronunciarla será mi sentencia
voy a morir asfixiado si la beso




Suicidas


Sólo los suicidas
presumen de venas
de vacío
y arrojo
los suicidas, de cualquier familia
los que envejecen risueños
y dejan cadáveres cobardes
muertos de infartos
cánceres
o soledad
los suicidas, los de la sangre incorrupta
tienen ojeras
y te lo cuentan en cualquier bar.



* Escribe ininterrumpidamente desde el año 2000. Encontró la vocación mucho antes pero no la identificó. Desde entonces ha publicado tres libros titulados Africano, Los amantes de Coriolis y Sleeping train. En su bagaje muchas obras inéditas, fotografías y poemas en rotativa sin principio ni final. En su vida corriente hace lo que puede. Hasta trabajar.
Obra publicada: 
Sleeping train - fotografía y poesía- (Ediciones Amargord, 2007)
Los amantes de Coriolis (Colección Helado de Mamey, Ediciones Amargord, 2005)
(no solo) palabras para la Paz, antología VV.AA (Ediciones Amargord, 2004) 

Africano (Colección Baños del Carmen, Ediciones Vitruvio, 2002). 
Blog: www.joseramonhuidobro.wordpress.com